La historia de Alejandro TE DAS CUENTA QUE ESTÁS DORMIDO...?

Insomnio había vuelto...

Totalmente recuperado de la golpiza que le propinaron el Chocho Y el Rebote, regresaba a las andadas...
Le gustaba pasear por las tardes, así decidía quien podría dormir o no por la noche; cuando observaba fijamente a los ojos de algún probable soñador auguraba ojeras seguras y una noche larga. Iniciaba el mes de abril, la genta se observaba sonriente ante la armonía del clima y la temperatura, sólo algún desafortunado que sufriera algúna alergia a causa de los pólenes de las fértiles flores.

Insomnio sufría de este achaque, así que era común que cargara con pañuelos desechables o algún lienzo mocador, siempre evitando tomar medicamentos antihístamínicos ( antialérgicos) a sabiendas de que entre sus efectos secundarios está la somnolencia. Esa mañana llevaba consigo dos paquetes de pañuelos con un empaque con apariencia de manchitas de jirafas.

( ( (Le propinó al dependiente de la farmacia un desvelo de 3 días.) ) )

Se encontraba en la estación del tren y se sentó en las escaleras, pegado a la pared, al alzar la mano podía tocar los barrotes del barandal, de ahí se colgó un rato y terminó pensando que porcentaje de personas se lavan las manos, bajó la mano, saco un pañuelo y se limpió apenas con su pañuelo... ( se imaginó que si hubieran sido los de aloe, le hubieran hecho más provecho, pero que no serían de jirafa).

Contó 13 personas y al # 14 le miró con cautela, era un joven con una mochila de color naranja, flaco, muy flaco, con unos lentes de ancho armazón y unos profundos ojos verdes.

Insomnio le gritó:

-Oye Chaval se te cayó este libro...

-No , no es mío señor

( le contestó el joven, y que dió dos pasos atrás y trató de seguir el camino)

Insomnio dejó el libro sobre el barandal de las escaleritas y se desapareció veloz.

Segundos después unos curiosos dedos hojeaban lentamente un pequeño libro de pasta color vino con 424 hojas en blanco y la 425 decía con letras grandes

"PODRÉ DORMIR".

Esto impactó al muchacho, que guardó el libro en la bolsita lateral de su mochila y se subió al próximo tren. Camino a casa sacó un bolígrafo de tinta azul y en la tercer hoja escribió:

ACERCA DEL AUTOR:

Alejandro originario de Cd. Juárez Chihuahua Artista Gráfico.

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Sacó de su lapicera un puntiagudo pincel de gráfito y se dibujó a sí mismo con la más animada de las sonrisas de un joven de 23 años; en un hermoso bosquejo. Ese Día y durante 4 semanas, pasó las noches dibujando. Las ojeras y las lagañas, incluso fueron protagonistas de 16 dibujos, de cerca de 46 que incluían ojos o miradas.

Alejandro estaba cansado, se sentía débil y agotado, pero aunque lo intentara no podía dormir. Una noche Cansado de esperar fué a buscar a Morfeo el gigante, en busca de una respuesta, al llegar al lugar dondé se alojaba el gigante había un gran letrero que decía:

NO MOLESTAR , GENIOS TRABAJANDO

Y era verdad, dentro de la habitación Morfeo Y Narcolepsia , fabricaban un sueño ideal, un sueño reparador lleno de historias fantásticas, personajes míticos, poesía onírica.

La gran desilusión de Alejandro, lo llevó a hacer una copia del letrero, así como 10 dibujos eróticos sobre el gigante y su musa hipnótica. Tránsformando su ansiedad en una creativa racha con la que prácticamente estaba a unas cuantas hojas de llegar al "podré dormir".

Pero una semana después volvió a buscar al Gigante Morfeo, lo encontró durmiendo en la hamaca de su jardín...

- Disculpe , gran Morfeo, disculpe, señor Morfeo.

El gigante roncaba plácidamente pero como incluso hablaba dormido le dió este consejo a Alejandro entra balbuceos y babeos modorros.

- Termina el libro y nunca más tendrás Insomnio... (ZZZZZZZZZZZZZZZZZ)

Narcolepsia salío de un arbusto de bugambilias y le explicó a Alejandro quién era Insomnio y de que se trataba su juego... le regaló una rebanada de tarta de ensueños y un té de passiflora y valeriana que lo hicieron sentir un poco más relajado.

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Días después y mucho más flaco, Alejandro llegó a la estación del tren dónde habia visto a Insomnio áquel día. Y ahí estaba sentado observando y contando de 13 en 13 a fin de localizar a sus futuras víctimas.

(alejandro extendió su mano con el libro , frente a la nariz de Insomnio)

- Aquí esta el Libro... (suspiró, esperanzado)

Insomnio lo olfateó, como si fuera un canino, como si fuera la primera vez que tenía un libro frente a sus ojos, lo abrió y empezó a ver los dibujos de Alejandro. Conforme avanzaba el interés del ente se acentuaba y su frente comenzaba a a arrugarse asombrada...

-Wow... muchacho, eres un gran dibujante

- Gracias, es usted un cretino...

Alejandro se retiró con su libro en las manos y nunca más tuvo dificultad para conciliar el sueño...

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